El Cairo.- Conocedor de la historia y costumbres de Egipto el escritor y patriota cubano José Martí fue recordado por los hombres del desierto que reverenció en su obra, muy cerca del río Nilo, corazón del país norafricano.
Hasta el parque Al Horreya, situado en una de las islas que adornan el majestuoso curso de agua, llegaron amigos y embajadores de alrededor de una decena de países, para homenajear al héroe y máxima figura de las letras en Cuba.
Rodeado de palmeras y esculturas de otros patriotas latinoamericanos reluce la estatua de José Martí colocada en 2003 y restaurada recientemente.
Con su pensamiento abarcó la inmensidad de la vida, el amor, la justicia, la ética y la verdad, es la esencia y la raíz que sostienen la nacionalidad cubana, subrayó la embajadora de la nación caribeña, Tania Aguiar, durante un acto conmemorativo.
Hijo pródigo -añadió- para el continente que lo vio nacer, abogó por la unidad de la región y concedió un nuevo significado a la expresión Nuestra América.
En el siglo XIX el narrador dedicó algunas de sus reflexiones a la lejana morada de los faraones: el río Nilo es como un padre para toda aquella gente de las tierras de Egipto, porque les humedece los sembrados cada vez que baja de los montes con mucha agua, y así las siembras les dan fruto, relataba a sus pequeños lectores de la revista La Edad de Oro.
Mucho tiempo después los caminantes, tanto nativos como foráneos, pueden admirar su escultura custodiada por palmas, parecidas a las variedades abundantes en su patria.
Su estatua está presente en todos los puntos cardinales: en New York, Cancún, Madrid, hasta Moscú, ‘los cubanos de bien no permitiremos que su legado se cubra de polvo ni que la vorágine de la cotidianidad obvie las formas más diversas de honrarlo’, enfatizó Aguiar ante diplomáticos e integrantes del movimiento de amistad con Cuba.
A la ceremonia asistieron también otros miembros de la misión estatal cubana, quienes en días previos contribuyeron a la reparación del monumento, el único de su tipo dedicado al independentista en Egipto.
En el Jardín Al Horreya, ubicado en Zamalek frente a la Ópera de El Cairo, el destacado pensador -autor de Abdala, los Versos Sencillos y numerosos ensayos- está acompañado por Hafez Ibrahim, conocido como el poeta del Nilo y personajes célebres de México, Ecuador, Venezuela.
Su busto fue donado por el pueblo de la isla al de Egipto que el intelectual describió con detalles: ‘levantaron con piedras enormes sus pirámides y con el pórfido más duro hicieron sus obeliscos famosos, donde escribían con los signos que llaman jeroglíficos’. (Adalys Pilar Mireles/PL)