Santiago de Cuba.- Académicos de esta ciudad abordaron las diversas aristas de la ley estadounidense Helms-Burton, cuyo Título III quedó activado con sus demandas desde el pasado día 2 tras sucesivos aplazamientos por las administraciones desde 1996.
Durante un programa televisivo la doctora Olga Portuondo, premio Nacional de Ciencias Sociales e Historiadora de la Ciudad, situó en los antecedentes históricos de las expropiaciones realizadas por la Revolución cubana y las que tuvieron lugar en otros procesos emancipadores en el devenir de la humanidad.
Aludió a la premisa de cambiar todo lo que debe ser cambiado, expresada por Fidel Castro al definir el concepto de Revolución, y consideró que las nacionalizaciones respondieron a la necesidad de transformar el panorama económico y social para responder a las aspiraciones del pueblo cubano.
Se refirió Portuondo a decisiones adoptadas por la Revolución francesa en 1791, a pesar de ser burguesa, cuando se tomaron grandes extensiones de tierra y otros bienes pertenecientes a la nobleza, así como cambios de ese tipo ocurridos en España en relación con propiedades de la Iglesia católica y otros similares.
Por su parte, el doctor Manuel Fernández, miembro de la Academia Cubana de Historia, aludió al carácter fraudulento del origen de muchos de esos patrimonios materiales confiscados y, en particular, de tierras de las que se apropiaron personeros estadounidenses por métodos dudosos a expensas de campesinos.
El profesor de la Universidad de Oriente recordó que en 1902 se instauró en Cuba una república neocolonial, maniatada por la Enmienda Platt para una dependencia casi absoluta de aquel país que se extendía a las minas, a los bancos y a otras muchas esferas de la incipiente vida nacional. Para el doctor Walter Mondelo, de la Facultad de Derecho, ese engendro legislativo es una enorme falta de respeto hacia los cubanos y un chantaje a las naciones del mundo en sus relaciones comerciales. (PL)
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