Sudáfrica: cubanas en la ciudad del Rey William

King Williams Town, Sudáfrica.- A las doctoras Melba Souza y Odalys Belén las une hoy el lazo de amistad más allá de la patria, son las únicas cooperantes cubanas de la Salud en esta parte de Sudáfrica.

Ambas son de Santiago de Cuba, en la porción oriental de la isla caribeña, y al llegar a la nación africana hace dos años las ubicaron en el Grey Hospital, institución pública de King Williams Town (Ciudad del Rey William), en la provincia de Eastern Cape, en el extremo sudeste del país.

Ubicada sobre la ribera del río Búfalo, King -según suelen llamar a la ciudad- está a unos 30 minutos por carretara de East London, cuyas costas baña el océano Índico.

Asustadísima, esa es la palabra que puede definir mi arribo porque era la primera vez que salía de mi país y por lo tanto mi primera misión, expresó la doctora Melba, médico Forense y en Medicina General Integral (MGI), al abrir el diálogo con Prensa Latina.

Después de ese ‘choque’ inicial vinieron otros. Cuenta que sintió ‘como una especie de rechazo, mi piel no es negra como la mayoría, y uno se percata hasta dónde hizo daño un pasado de segregación racial’, comentó Melba.

Ahora todo cambió, ‘el recelo del principio se superó. Comprobaron que los cubanos tratamos a todos por igual; que lo más más importante es el ser humano; que interactuamos y tocamos a los pacientes, y eso ha hecho que nos ganemos el respeto y el cariño del equipo y de la gente’, enfatizó.

Las dos doctoras coinciden en cuánto mejorarían los indicadores de salud si se aplicara, como en Cuba, la medicina preventiva, pero ‘aquí es la medicina curativa la que hacemos’, añadió Souza.

Para la doctora Belén, los días son similares. Viven una al lado de la otra y cree que algo bueno que le ha dado esta estancia en Sudáfrica es que nos ayudó ‘a convertirnos en mejores personas’.

En el hospital hay un solo médico para cuerpo de guardia y todas las salas, por lo que cualquier día de trabajo es extenuante.

Prensa Latina fue testigo de una noche de guardia: un accidente con varios heridos; una niña picada por serpiente; una anciana muy depauperada; una embarazada con amigdalitis severa…

‘Casi siempre es así’, afirmó la doctora Belén, quien aclaró que también son muy frecuentes ‘los casos de violencia y tuberculosis’.

La noche entera en las guardias la pasas sin pegar un ojo, pero al final terminas con la satisfacción de haber hecho algo por muchas personas, acotó Odalys.

Por su parte, Melba afirmó que se lleva de esta misión el conocimiento.

‘Es increíble lo que se aprende. He hecho cosas que nunca soñé, porque lo mismo tengo que asumir como cirujana, pediatra u ortopeda’, subrayó la doctora Souza, graduada en 1991.

Lo más importante para ella son su familia y su trabajo. Lo confiesa al hablar sobre esos ‘colores’ de la nostalgia ‘cuando amanezco extrañando demasiado a mi mamá, a mi hija, a mi esposo, en fin a mi gente’.

Entonces ‘digo que la nostalgia se pinta con colores grises, pero no me dejo vencer, porque la mujer cubana, la santiaguera en particular es fuerte y si estoy aquí, termino mi misión’, subrayó.

Al preguntar sobre lo más triste que les puede ocurrir en una consulta, la doctora Odalys Belén responde: ‘cuando nos enfrentamos a los niños con VIH, cuando constatamos la cantidad de bebés que nacen con la enfermedad’.

En ese momento pienso en que Cuba eliminó hace rato la trasmisión del VIH de madre a hijo y el ilimitado desvelo por la salud de nuestra niñez, dijo.

Ambas profesionales integran el contingente de más de 400 galenos de la isla que a diario agregan nuevas páginas a una historia de colaboración que en Sudáfrica ya supera las dos décadas. (pl)

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