Los pueblos alertas y unidos en los desafíos comunes

La voz de los pueblos se escuchó con especial fuerza en esta capital, reunidos en un encuentro que evidenció la unidad existente hoy en torno a desafíos comunes y la necesidad de estar alertas.

La Cumbre de los Pueblos, celebrada a la par de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión Europea (UE) el 10 y 11 de junio, dejó clara la determinación de los latinoamericanos y los europeos de luchar por la construcción de un mundo mejor.

Un ambiente familiar y solidario distinguió la realización del evento, física y afectivamente distante de las solemnidades formales que suelen caracterizar la realización de encuentros como el que reunió a los jefes de Estado o Gobierno.

Si bien el océano Atlántico es la brecha natural que separa a ambas regiones, los problemas existentes y la urgencia de reaccionar efectivamente para resolverlos fue un punto de coincidencia irrebatible.

Diferencias culturales, históricas, económicas y políticas aparte, los participantes expresaron el clamor común de luchar por el respeto a la dignidad humana, la defensa de la soberanía, la igualdad, la democracia participativa y la justicia social, como plasmaron en la declaración final del evento, fruto de las conferencias y mesas de trabajo.

Manifestaron la necesidad imperiosa de construir una sociedad nueva con la solidaridad como principio fundamental para el desarrollo integral y soberano de los pueblos.

También expresaron su apoyo incondicional a la Revolución Bolivariana de Venezuela y al gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro.

Repudiaron la injusta orden ejecutiva emitida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la que apunta que la nación suramericana es un peligro para la seguridad norteamericana.

El respaldo al pueblo y la Revolución de Cuba quedaron evidenciados. Los participantes saludaron el regreso a la isla de los cinco antiterroristas.

Exigieron el levantamiento total e inmediato del bloqueo genocida impuesto por el gobierno estadounidense contra la nación caribeña, así como el cierre inmediato de la Base Naval de Guantánamo.

Otro aspecto defendido en la cita fue la oposición a la austeridad económica impuesta por la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) en toda la UE, especialmente contra el gobierno y pueblo de Grecia.

También se condenó la persistente agresión israelí contra el pueblo palestino y se hizo un llamado a un acuerdo climático que tome en cuenta el derecho de todos a tener estándares de vida sustentables y dignos.

Bajo el lema Construyendo alternativas, el encuentro apoyó a los mecanismos de integración que priorizan y refuerzan la autodeterminación y la soberanía tales como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, la Unión de Naciones Suramericanas y la Celac.

Convocamos a esta Cumbre porque desde la base tenemos nuestras demandas, sugerencias, expresamos lo que tenemos en común, las luchas que queremos compartir, declaró a Prensa Latina Katrien Demuynck, presidenta de la asociación belga de solidaridad Iniciativa Cuba Socialista.

Demuynck subrayó que los pueblos son los principales afectados por la crisis mundial y agregó que al encontrarse debaten cómo organizar una correlación de fuerzas que les permita exigir una cierta política de sus gobiernos.

En la búsqueda y construcción de alternativas viables y beneficiosas para las mayorías deberán entonces concentrarse las fuerzas.

Identificadas ya las dificultades existentes y conscientes de una realidad que necesita ser cambiada, el camino comenzó a ser desandado.

Las urgencias acumuladas y agudizadas son muchas. La maquinaria de los pueblos debe ajustarse debidamente para dar una batalla que persigue la construcción de un mundo mejor para todos y en la que se disputa una meta innegociable: un futuro digno para todos los seres humanos. (Tomado de PL)